En las tormentas de la Vida

Por lo cual debia ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo, Heb. 2:17.

Se avecinaba una tormenta delante del buque de vapor ingles Ariel. La tripulacion urgia a los pasajeros a refugiarse en la bodega de la nave, pero uno de ellos se acerco al capitan con un extraño pedido. Queria que lo ataran a un mastil sobre la cubierta del barco.

El capitan se sorprendio ante este hombre ya mayor, pequeño de estatura, pero de cara curtida y ojos tan acerados como su increible determinacion. Accediendo a su pedido, ordeno a la tripulacion que ataran al hombre al mastil, tal como lo habia pedido.

El buque de vapor entro al ojo mismo de la tormenta. Durante cuatro horas, el viento y las olas arremetieron furiosamente contra la nave. Y el pasajero permanecio inmovil, indefenso, horrorizado como anticipara desde el principio mismo de su plan.

Sabia que, de habersele dado la oportunidad, no habria resistido permanecer en la cubierta sin sujetarse a algo; pero, como lo explicaria luego, el queria realmente “ver” la tormenta, sentirla, experimentarla sobre si hasta ser uno con ella. Por eso pidio que lo amarraran al mastil.

Despues de esta experiencia, el pasajero, Joseph Mallord William Turner, volvio a su estudio y pinto una obra que capto como ninguna otra el poder impresionante de los elementos. esta fue una de sus principales obras maestras.

Solo tras experimentar la tormenta, este artista pudo captar cabalmente su furia. Sintio en persona la inclemencia del viento, la reciedumbre de la lluvia, el movimiento intempestivo de la nave, el rocio salino de las olas y los truenos horrendos en la oscuridad de la noche. Para poder redimirnos cabalmente, y convertirse asi en nuestro perfecto Salvador, Jesus tambien tuvo que experimentar primero lo que nosotros experimentamos, todos los retos y I odas las aflicciones de la vida. Tuvo que sentir en carne propia el abatimiento de la angustia y la congoja humanas.

¿Lo ha traicionado alguien? ¿Se siente herido? ¿Herida? Jesus se sintio herido cuando uno de sus amigos lo traiciono. ¿Siente su cuerpo traspasado por el dolor? Asi lo sintio Jesus, mientras pendia de la cruz. ¿Enfrenta tentaciones que amenazan vencerlo? Jesus enfrento las tentaciones mas extremas que el enemigo pudo haberle presentado. El comprende. Lo paso todo. Y con lodo, y a pesar de todo, fue fiel. Podemos allegarnos a el confiadamente, con inda nuestra carga de penas, desalientos, dolor y tentaciones. El nos fortalecera, para que podamos vencer como El vencio. Tenemos un Salvador compasivo, que nos comprende y que este siempre presente para ayudarnos a responder a los desafios diarios que nos presenta la vida.
Mark Finley

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